El sector privado en Guatemala está consolidando su papel como actor clave en el desarrollo social del país. A través del Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras (CACIF), se ha dado continuidad al mapeo de iniciativas sociales empresariales, con el objetivo de visibilizar y optimizar los esfuerzos en educación, salud y capacitación técnica. Este ejercicio no solo busca medir la inversión social más allá del empleo y los impuestos, sino también fortalecer alianzas estratégicas con organismos internacionales y el gobierno.

Un ejercicio sin precedentes en la región
En 2022, CACIF emprendió un primer mapeo que recopiló información de 50 empresas y fundaciones, identificando 110 intervenciones con un impacto directo en más de 165,000 personas y una inversión social anual de Q260.9 millones. En 2025, la institución se encuentra en la segunda fase de este esfuerzo, ampliando la participación a entre 100 y 150 organizaciones y sumando una herramienta digital que permitirá sistematizar la información y optimizar recursos.
Este tipo de diagnóstico no solo permite conocer las iniciativas existentes, sino que sienta las bases para una colaboración más efectiva entre empresas, sociedad civil y organismos internacionales. La ONU ha reconocido este mapeo como el primero de su tipo en América Latina, resaltando su valor para replicar buenas prácticas en otros países.

Foto: © ONU Guatemala
Históricamente, el sector privado ha sido señalado por su rol tradicional en la economía, limitado a la generación de empleo y el pago de impuestos. Sin embargo, este mapeo evidencia un cambio de paradigma: las empresas están asumiendo una visión más estratégica de la inversión social, enfocándose en sectores clave como educación, salud y formación laboral.
Carmen María Torrebiarte, presidenta de CACIF, destaca que la recopilación de datos permitirá direccionar los esfuerzos a donde más se necesiten. “Por ejemplo, si detectamos que Quiché ya tiene un fuerte apoyo en educación, podemos enfocar la inversión en salud o nutrición en otros departamentos como Totonicapán o Huehuetenango”, explicó.
La plataforma digital que acompaña esta segunda fase facilitará la visualización de datos y el intercambio de información entre las empresas participantes. Además, contará con el respaldo técnico de Empresarios por la Educación, garantizando la calidad de los datos ingresados.
Sinergia con el sector público y organismos internacionales
Uno de los aspectos más destacados de este mapeo es su articulación con la ONU y el Gobierno de Guatemala. El coordinador residente del Sistema de Naciones Unidas en Guatemala, José Miguel Barreto, enfatizó que la iniciativa del CACIF es fundamental para fortalecer alianzas y evitar la duplicidad de esfuerzos.
“El sector privado no solo es un actor clave, sino un aliado fundamental para el desarrollo sostenible. Esta recopilación de información permite incrementar la colaboración intersectorial, generar eficiencia en la inversión social y, sobre todo, lograr un mayor impacto en la reducción de la pobreza”, subrayó Barreto.
Además, los datos recopilados servirán como referencia para que el Gobierno pueda identificar sinergias entre las iniciativas privadas y los programas estatales, permitiendo una planificación más eficiente de los recursos públicos.

Foto: © ONU Guatemala
El éxito de este mapeo depende de la participación activa del sector privado. CACIF ha hecho un llamado a más empresas y fundaciones para que se sumen a esta segunda fase y registren sus iniciativas en la plataforma www.mapeosectorprivado.org.
Este esfuerzo no solo es un ejercicio de transparencia y responsabilidad social, sino una oportunidad para demostrar el impacto real de la inversión privada en la mejora de la calidad de vida de los guatemaltecos. Con información precisa y estrategias bien definidas, el sector privado puede consolidarse como un actor de cambio y desarrollo sostenible en Guatemala.
El reto ahora es que más empresas comprendan la importancia de documentar y compartir sus esfuerzos, asegurando que la inversión social se traduzca en resultados tangibles y de largo plazo para el país.