Por: Dayra Cerna
En su discurso ante la ONU, el presidente Arévalo abordó la urgente necesidad de garantizar un trato digno para los migrantes, destacando el respeto por los derechos humanos en un contexto de creciente migración. Guatemala, como país de origen y tránsito, enfrenta desafíos significativos que afectan tanto a su población migrante en el exterior como a los migrantes que cruzan su territorio. Este tema no solo tiene implicaciones humanitarias, sino que también es crucial para las relaciones internacionales, el desarrollo económico y la estabilidad social del país.
La migración, tanto de guatemaltecos hacia otros países como de migrantes en tránsito por Guatemala, frecuentemente se caracteriza por violaciones a los derechos humanos, violencia y condiciones inhumanas. Arévalo subrayó la importancia de abordar estas crisis humanitarias y destacó que Guatemala se compromete a proteger los derechos de todos los migrantes. “Debemos ser un país que defienda la dignidad de cada persona, independientemente de su nacionalidad”, afirmó.
Las remesas enviadas por migrantes guatemaltecos son una fuente vital de ingresos para muchas familias y para la economía del país, representando aproximadamente el 14% del Producto Interno Bruto (PIB). La migración no solo apoya a las familias que permanecen en Guatemala, sino que también tiene un impacto en las economías locales. Arévalo instó a otros países a reconocer el valor de los migrantes y a trabajar juntos para crear políticas que promuevan su bienestar.
El presidente también enfatizó que la migración es a menudo el reflejo de las desigualdades y crisis internas que obligan a las personas a buscar mejores oportunidades fuera de su país. En este sentido, el discurso de Arévalo busca visibilizar problemáticas estructurales en Guatemala, como la falta de empleo, la inseguridad y la pobreza, que impulsan a miles de guatemaltecos a migrar. “Debemos trabajar en reformas estructurales que aborden estas causas profundas”, indicó.
El discurso de Arévalo no solo exige reciprocidad en el trato digno a los migrantes, sino que también posiciona a Guatemala como un país dispuesto a liderar en la región con un enfoque en la responsabilidad compartida y la creación de políticas migratorias inclusivas. Según el Informe de Migración Internacional de la OIM, se estima que alrededor de 400,000 migrantes cruzan Guatemala cada año, muchos en busca de mejores oportunidades en Estados Unidos. “Es fundamental que el gobierno no solo proteja a los migrantes que transitan por su territorio, sino que también abogue por los derechos de sus ciudadanos en el exterior”, concluyó Arévalo.
En su discurso ante la ONU, el presidente Arévalo abordó la urgente necesidad de garantizar un trato digno para los migrantes, destacando el respeto por los derechos humanos en un contexto de creciente migración. Guatemala, como país de origen y tránsito, enfrenta desafíos significativos que afectan tanto a su población migrante en el exterior como a los migrantes que cruzan su territorio. Este tema no solo tiene implicaciones humanitarias, sino que también es crucial para las relaciones internacionales, el desarrollo económico y la estabilidad social del país.
La migración, tanto de guatemaltecos hacia otros países como de migrantes en tránsito por Guatemala, frecuentemente se caracteriza por violaciones a los derechos humanos, violencia y condiciones inhumanas. Arévalo subrayó la importancia de abordar estas crisis humanitarias y destacó que Guatemala se compromete a proteger los derechos de todos los migrantes. “Debemos ser un país que defienda la dignidad de cada persona, independientemente de su nacionalidad”, afirmó.
Las remesas enviadas por migrantes guatemaltecos son una fuente vital de ingresos para muchas familias y para la economía del país, representando aproximadamente el 14% del Producto Interno Bruto (PIB). La migración no solo apoya a las familias que permanecen en Guatemala, sino que también tiene un impacto en las economías locales. Arévalo instó a otros países a reconocer el valor de los migrantes y a trabajar juntos para crear políticas que promuevan su bienestar.
El presidente también enfatizó que la migración es a menudo el reflejo de las desigualdades y crisis internas que obligan a las personas a buscar mejores oportunidades fuera de su país. En este sentido, el discurso de Arévalo busca visibilizar problemáticas estructurales en Guatemala, como la falta de empleo, la inseguridad y la pobreza, que impulsan a miles de guatemaltecos a migrar. “Debemos trabajar en reformas estructurales que aborden estas causas profundas”, indicó.
El discurso de Arévalo no solo exige reciprocidad en el trato digno a los migrantes, sino que también posiciona a Guatemala como un país dispuesto a liderar en la región con un enfoque en la responsabilidad compartida y la creación de políticas migratorias inclusivas. Según el Informe de Migración Internacional de la OIM, se estima que alrededor de 400,000 migrantes cruzan Guatemala cada año, muchos en busca de mejores oportunidades en Estados Unidos. “Es fundamental que el gobierno no solo proteja a los migrantes que transitan por su territorio, sino que también abogue por los derechos de sus ciudadanos en el exterior”, concluyó Arévalo.
FOTO POR: GOBIERNO